Los sueños se construyen con
esfuerzo, de la noche a la mañana no se forman las estrellas, me refiero a esas
encantadoras lucecitas que brillan en el cielo, que muchas veces nos distraen
cuando decidimos relajarnos, y simplemente ver al cielo sin ninguna
preocupación; en la vida todo ya está descubierto, nada es una novedad, ponte cómodo
porque ya te voy explicar mi apreciación.
Me refiero a que todos los seres
humanos, por medio de experiencias, pruebas, procesos, van conociendo de manera
más profunda, los conceptos reales de la vida; lo que escribo en este blog ya
todos lo conocen, o han leído cosas parecidas, pero jamás iguales, con esto quiero
decir que ¡Yo no descubrí el agua caliente!; mi objetivo es exponerles mi interpretación personal, de como transformar los obstáculos a segundas oportunidades.
Desenlace, tus experiencias jamás son iguales a las del vecino, eres único, eres capaz, solo tu propios esfuerzos te catapultan al éxito, jamás pierdas las ganas, y no te detengas en pensar que hay alguien mejor que tú, por eso Dios nos dio una personalidad y un cerebro distinto a cada quien, además estoy seguro que en algún momento de tu vida, te desglosaron todo lo que describo en esta entrada, en una frase “cada cabeza es un mundo”; ¡es verdad! ¡es totalmente real!.
Puede venir un segundo Albert Einstein,
y cinco intelectuales de la nasa a estudiar la manera de ¿Cómo quitarte tu
idea?, y créeme jamás la van encontrar, porque la experiencia de cada quien es única; por lo menos esto de escribir y compartir con ustedes mis
ensayos, me agrada, en cada nueva entrada quiero hacerle llegar mi reflexión, mis expectativas; ¡hoy público este post y no le gusto a nadie! ¿me voy acomplejar
por eso?, la respuesta es No, mi meta es seguir insistiendo hasta que les guste
lo que escribo, mejorar cada día es el objetivo, y por supuesto que mis palabras llenen sus
expectativas como lectores.
La clave es la constancia, el
esfuerzo, seguir adelante es la meta de todos. ¡¡¡Ánimo!!!
“Todo ser humano si se lo propone, puede ser escultor de su propio
cerebro”.
Don Santiago Ramón y Cajal.
